El diferente

Deportivo Termidor igualó el domingo con La Banda del Huevo Izquierdo 2 a 2 en el juego correspondiente a la fecha 13 del torneo de primera de Náutico. Los goles vinotintos los anotaron Agustín Marelli y Facundo Pérez. El Bordó se aseguró la tercera colocación en el certamen, puesto que no podrá superar. Pero eso a nadie le interesa. ¿Por qué? Debutó Bruno Gómez.

"Maradona no es una persona cualquiera, es un hombre pegado a una pelota de cuero; tiene el don celestial de tratar muy bien al balón, es un guerrero...", rezan las primera frases de la canción que Andrés Calamaro le hizo al Diez. Y se la dedicó porque Maradona es diferente. Diferente por donde se lo mire. Es el diferente del país, del continente, y porqué no del mundo.

Y Bruno Gómez también es diferente. Diferente porque llegó a jugar a falta de un minuto para que el partido se suspenda por falta de jugadores. Diferente porque entró a la cancha con zoquetes y canilleras a la vista invitando a los rivales a que lo golpeen; porque se paró de centrodelantero, un puesto que en Termidor es sagrado y pertenece al crack de Franco Boaglio y por donde también pasaron futbolistas de la talla de Lucas Morosini, Juani Ullúa, Pepe González y Simón Sagrera; porque como nunca antes un arquero pidió que no le hagan doble marca porque era innecesario. Por todo eso y mucho mas el Huevo es diferente en una cancha, en la vida cotidiana y saliendo de caravana con La Vagancia, motivo que llevó a la ruina su actividad futbolística.

Y es distinto hasta para hablar con la prensa post partido: "La verdad que estoy muy orgulloso de haber vestido la camiseta de un grande como Deportivo Termidor que es un además un equipo de amigos. Pido perdón por la demora pero la verdad es que tuve una noche muy compleja que empezó con vodka y terminó con una pelea con la moto en la puerta de mi casa porque no me dejaba pasar con mi novia. Se ve que se puso celosa y no me quería dejar pasar. Mas allá de eso estoy en un momento pleno tanto dentro como fuera de la cancha donde encontré a la mujer que me hace feliz y eso me ayudará a que pueda convertir algún gol en el próximo partido. Hoy por ahí no me llegó tanto la pelota pero eso también es mérito del rival que me presionó constantemente para que no pueda recibir porque sino sabían que era medio gol".

Calamaro podría tranquilamente haber escrito... "Bruno Gómez no es una persona cualquiera, es un hombre pegado a una pelota de cuero; tiene el don celestial de tratar muy bien al balón, es un guerrero..."